“Tespis teporocho” llega como un proyecto de 29 minutos que estuvo en peligro de desaparecer, ahora convertido en un homenaje de Alberto Estrella hacia Ernesto Gómez Cruz, uno de los actores más relevantes de México en su última participación frente a cámaras. La historia gira en torno a un maestro que comparte narraciones de tragedias griegas con personas en situación de calle.
Un personaje inspirado en la figura mítica de Tespis
El título hace referencia a Tespis, reconocido como el primer actor de la historia en la antigua Grecia y considerado el padre del teatro por ser el primero en actuar individualmente fuera del coro. Inspirado en esto, Alberto Estrella desarrolló su primer proyecto como productor cinematográfico, en el cual Gómez Cruz interpreta a un maestro que comparte relatos de tragedias griegas con personas sin hogar.
“La idea surge a partir de que una amiga que me contó de un profesor de teatro que descubrió a un grupo de teporochos cerca de su casa este hombre decidió que en las noches les contaría los argumentos de la tragedia griega Edipo rey, Edipo en Colono, Antígona, Agamenón”, explica Estrella. “Y según decía, el maestro no había encontrado un público tan ávido de conocer estas historias. A partir de ahí a mí se me ocurrió hacer un homenaje a Ernesto Gómez Cruz personificando a este maestro”.
Un elenco unido por el cariño hacia Gómez Cruz
Estrella contactó a Ernesto Gómez Cruz en la ANDA, lugar donde colaboraba en la Secretaría de Jubilación, poco antes de la pandemia, proponiéndole el proyecto. El actor aceptó y el elenco se conformó por amigos que querían rendirle tributo.
“Se fueron uniendo mis amigos entrañables. El día que fui a la ANDA a ver a Ernesto me encontré a Patricia Reyes Spíndola que al ver que traía un guion me lo arrebató, lo leyó y me dijo que ella tenía que estar ahí, y hace a una de esas mujeres que venden caricias”, relata Estrella.
El reparto incluye a María Rojo, quien aceptó inmediatamente el proyecto por su amistad con Gómez Cruz, interpretando a una adivina que conoce el destino del maestro. También participan Cecilia Toussaint, Alejandro de la Madrid, Ángeles Marín y el propio Estrella.
De homenaje en vida a despedida cinematográfica
Lo que comenzó como un tributo en vida se convirtió en el último trabajo de Ernesto Gómez Cruz en cine. El rodaje se realizó poco antes de la pandemia, justo cuando el actor había dejado los escenarios y enfrentaba problemas de memoria.
En abril de 2024, Gómez Cruz falleció a los 90 años debido a complicaciones renales y demencia. Durante la producción, Estrella mencionó que aunque el actor tenía dificultades para recordar, su memoria a largo plazo permanecía intacta.
“Ernesto tuvo formación teatral en Bellas Artes, así que la referencia al teatro griego fue muy significativa para él. Aunque tenía ya algunos problemas de memorización, en una escena sobre Helena de Troya recitó líneas largas de memoria. Fue muy emocionante, mágico, porque su memoria a largo plazo seguía intacta”, relata el productor.
Un rodaje en escenarios históricos de la Ciudad de México
Una parte importante de la producción se filmó en el Cine Ópera de la colonia San Rafael y otros puntos del Centro Histórico. Estrella menciona que el apoyo institucional fue limitado, excepto por el apoyo de Bellas Artes, que permitió el uso del espacio.
“Este trabajo no tuvo apoyo institucional, salvo Bellas Artes, que nos prestó el cine y facilitó los permisos. Para mí fue especial filmar ahí: fue donde nació mi amor al cine, cuando mis padres nos llevaban cada fin de semana”, comenta.
Además, se realizaron tomas en el Zócalo, mostrando el entorno en 360 grados, y escenas nocturnas en el centro histórico, que para Estrella representa un mundo fascinante donde las personas en situación de calle toman protagonismo.
Un proyecto que estuvo en peligro de desaparecer
El proyecto enfrentó dificultades, especialmente durante la pandemia, cuando el laboratorio encargado de la corrección de color cerró, poniendo en riesgo el material grabado. Tras semanas de intentos infructuosos por recuperarlo, finalmente lograron rescatarlo y concluir la producción.
Originalmente pensado como un cortometraje de 10 minutos, el proyecto se extendió a un mediometraje de 29 minutos. La producción busca ahora presentarlo en festivales internacionales y nacionales para darle visibilidad en múltiples pantallas.
Dirigido por Alejandro Ramírez, el filme fue producido por Alberto Estrella, con Carmen Lomelí y Juan Carlos Blanco como productores asociados, y Iván Vilches en la dirección de fotografía.