Ángela Aguilar estrenó su nuevo álbum titulado Nadie se va como llegó, que contiene 12 canciones. Entre los contenidos del lanzamiento, la cantante incluyó el video oficial de ‘A dos de borrarte’, producción que homenajea a su abuela Flor Silvestre. La artista realizó esta reinterpretación inspirándose en uno de los trabajos más reconocidos de la cantante y actriz mexicana.

Detalles del homenaje musical

En declaraciones a Pati Chapoy, Aguilar explicó que la producción audiovisual se grabó en la Ciudad de México y fue concebida como un tributo directo a la legendaria intérprete de música ranchera. “El video lo grabé en Ciudad de México y fue un homenaje a mi abuela”, afirmó la cantante, quien describió la pieza musical como un tema tradicional mexicano de mariachi con influencias de canciones típicas de cantinas.

“Es como un ‘Volver, volver’ para mujer, pero dolida, pero de cantina”, explicó la artista sobre esta interpretación que busca mantener viva la esencia artística de Flor Silvestre. Para la realización del video, Ángela recreó minuciosamente los elementos originales: vestuario idéntico, coreografía y detalles específicos como el cabello medio recogido y un accesorio dorado en el pecho.

Antecedentes del clásico original

La canción elegida para el homenaje, ‘Una sola caída’, forma parte del álbum Flor Silvestre, vol. 2, lanzado en 1964 y que representa el género ranchero que caracterizó la carrera musical de la artista. El tema aborda el dolor del desamor y las enseñanzas tras relaciones fracasadas, características que permitieron a Flor Silvestre consolidarse como una figura importante de la música popular mexicana.

Además de su trayectoria musical, Flor Silvestre destacó en la Época de Oro del cine mexicano, dejando una huella imborrable en la cultura popular del país. Su nietaproducción ha incluido tres sencillos previos: ‘Corazón de piedra’, ‘El equivocado’ y ‘Nadie se va como llegó’, cada uno acompañado de su respectivo video oficial.

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En una entrevista reciente, Sebastián Poza, hijo de Mayrín Villanueva, rompió el silencio sobre su vínculo con Eduardo Santamarina, esposo de su madre desde hace más de diez años. El joven despejó cualquier duda sobre posibles tensiones familiares, destacando el papel fundamental que el actor ha jugado en su vida. “Nunca le dije papá, pero es como un papá”, afirmó con claridad, dejando en evidencia la cercanía afectiva sin importar formalidades.

Claridad en los roles familiares

Sebastián detalló cómo entiende las dinámicas de su familia extendida, donde Santamarina comparte responsabilidades parentales con Jorge Poza, su padre biológico. “En esa casa él es el papá y mi papá es papá en su casa. Cuando me veo con mi papá él es mi único papá, obviamente”, expresó sin titubeos. El joven reiteró que no existen conflictos ni temas pendientes por resolver entre las partes involucradas.

Aprendizajes de vida

Durante la conversación, el hijo de la actriz reconoció aspectos personales del actor que han marcado su desarrollo. Sobre todo, destacó la fortaleza de su autoestima: “A Lalo le puedo aprender la seguridad y la autoestima que él tiene, es increíble”, comentó admirado. Además, resaltó cómo la confianza de Santamarina se traduce en una actitud valiente ante la vida.

Convivencia que deja huella

Con más de una década de interacción familiar, Sebastián reconoció el impacto positivo del actor en su formación personal. “Ya lleva años con nosotros, ya cumplieron (mi mamá y Eduardo) creo que trece años o más”, recordó mientras describía la evolución de su relación. El joven enfatizó que es inevitable absorber enseñanzas de alguien con quien ha compartido gran parte de su vida.

“No tengo ni idea, ni me enteré de esa controversia…”

Ante rumores de posibles desencuentros familiares, el joven negó categóricamente cualquier tipo de conflicto. “No hay nada que aclarar, no hay controversia, no hay problema”, sentenció con firmeza, poniendo fin a especulaciones sobre tensión entre los miembros de esta familia integrada por cinco hijos y sus respectivos padres.