De los reflectores a la incertidumbre económica
Reconocida durante décadas como una figura habitual en las pantallas de México, Elvira Monsell atraviesa actualmente por una coyuntura económica compleja. La intérprete, cuyo rostro se consolidó en producciones como Rosalinda, Amor en silencio y La mujer de Judas, reveló públicamente sus dificultades para obtener trabajo estable.
“Tengo obligaciones pendientes. Sin proyectos concretos, no puedo liquidar mis compromisos financieros. Participo en audiciones de manera constante. No sabría explicar por qué no logro opciones concretas”, expresó en declaraciones recogidas por TvNotas. La actriz, quien posee una vasta trayectoria en el género dramático, ha recurrido incluso a plataformas digitales para buscar oportunidades laborales.
Supervivencia con recursos mínimos
Durante una extensa trayectoria de más de tres décadas, Monsell formó parte de los elencos principales en tres de las cadenas más importantes del país: Televisa, Telemundo y TV Azteca. Hoy reside en un alojamiento en Michoacán sin costo de alquiler, subsistiendo con apoyos gubernamentales: “La ANDA me otorga 3,500 pesos mensuales y la ANDI me proporciona mil adicionales. Con esos 4,500 pesos mensuales voy sorteando las dificultades”, detalló.
El cambio en su vida profesional resulta radical. Tras permanecer tres décadas vinculada a producciones televisivas, su nombre ha dejado de aparecer en proyectos relevantes. “Durante mis primeros 32 años como artista estuve bajo contrato exclusivo con Televisa. Cuando esa etapa concluyó, trabajé en Telemundo y posteriormente en Azteca hasta que cesaron sus producciones”, recordó.
Intentos fallidos por diversificar sus ingresos
Ante la falta de propuestas artísticas, la actriz intentó incursionar en actividades distintas. “Encontré un anuncio buscando personal para labores de cocina, pero ya habían elegido a alguien. Durante la pandemia invertí en un estudio de doblaje con recursos obtenidos mediante préstamos. También comercialicé prendas tejidas para mascotas y humanos, sin lograr ventas significativas”, confesó.
Según su propia percepción, el mercado actual presenta barreras insalvables para quienes no poseen una presencia masiva en redes sociales: “Actualmente se requiere al menos un millón de seguidores. Con 200,000 ya debería existir interés laboral, pero no ocurre. Esta dinámica resulta profundamente desigual”, señaló.
Legado artístico y llamado de auxilio
Su carrera inició en escenarios teatrales a los 15 años, debutando en telenovelas en 1977. A lo largo de su trayectoria, participó en clásicos del melodrama nacional como Vivir enamorada, Humillados y ofendidos y La indomable, además de programas antológicos como Mujer, casos de la vida real y Lo que callamos las mujeres.
“Si pueden etiquetar a productores o personas que consideren útiles para mi reinserción laboral, sería una gran ayuda. Les expresaría mi más sincera gratitud”, concluyó en una publicación reciente.