Un texto histórico reactualizado
El nuevo ensayo de Vivian Gornick, autor de reconocimiento internacional en círculos feministas, explora con profundidad las raíces del machismo estructural. El texto, originalmente concebido en los años 70 durante el auge del segundo feminismo, recupera su vigencia en un contexto marcado por movimientos como #MeToo.
Debate sobre identidad y poder
Las reflexiones parten de dos obras fundamentales: El segundo sexo de Simone de Beauvoir y La mística femenina de Betty Friedan, que cuestionaban cómo la sociedad construye los roles de género. Según Gornick, desde la infancia se impone una división cultural donde los varones se ven destinados a dominar el mundo exterior mientras las mujeres se resignan a apoyarlos.
El fenómeno #MeToo como espejo histórico
El autor reconoce avances significativos en la participación femenina en profesiones tradicionalmente masculinas, pero advierte que el estallido de denuncias en 2017 reveló la persistencia de abusos institucionalizados. A pesar de leyes existentes desde los años 70 contra el acoso laboral, su aplicación real ha sido deficiente, permitiendo que los hombres siguieran viendo a las mujeres como objetos.
Un laboratorio social en Nueva York
La narrativa incorpora un fragmento titulado La peluquería de Bobby, que retrata un espacio único de interacción femenina. En este establecimiento neoyorquino, mujeres de diversas edades, profesiones y trasfondos sociales compartían historias sobre sus relaciones con hombres, construyendo un mosaico de experiencias personales y colectivas.
Conversaciones que revelan patrones
Entre las clientas habituales se alternaban ejecutivas de Wall Street, artistas del Lincoln Center, activistas y profesoras. Sus diálogos, inicialmente centrados en anécdotas cotidianas, evolucionaron hacia análisis teóricos sobre el machismo sistémico. Como describe el texto:
“Lo personal era político, y la conversación en Tony’s Beauty Home empezó a hacerse eco de ello”
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Un observador singular
El peluquero Bobby Casella, figura central de este relato, se convirtió en testigo privilegiado de estos intercambios. Su personalidad introvertida y su habilidad para generar confianza permitían que las mujeres se abrieran y compartieran sus vivencias. Según relata Gornick:
“Cuando entré en la treintena el guion empezó a cambiar. El movimiento feminista declaró entonces que lo personal era político, y la conversación en Tony’s Beauty Home empezó a hacerse eco de ello”
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Reflexiones sobre el cambio cultural
El texto concluye con un reconocimiento de que, a pesar de medio siglo de lucha, aún queda mucho por transformar. La autora reconoce que lo que parecía una revolución completa en los 70 no fue sino un capítulo más en la larga historia de la emancipación femenina. Como sentencia final:
“Esa revolución que yo creía que habíamos llevado a cabo hace cincuenta años me parece ahora un episodio más en nuestro largo y torpe pedaleo hacia la ciudadanía de primera clase”
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