Florinda Meza ha manifestado públicamente su desacuerdo con la serie Chespirito: Sin querer queriendo, asegurando que distorsiona la realidad para obtener beneficios comerciales. A través de un video en Instagram, la actriz y ex pareja de Roberto Gómez Bolaños señaló que la producción, creada por los hijos del comediante, no refleja fielmente la vida del autor de El Chavo del Ocho.

Producción cuestionada por su ex pareja

La serie, disponible en Max desde el 5 de junio de 2025, ha generado controversia al mostrar a Meza en una luz negativa, atribuyéndole responsabilidad en la ruptura de Gómez Bolaños con su primera esposa y en la desaparición del icónico programa. La actriz, quien intentó detener el proyecto mediante acciones legales desde 2023, afirma que la narrativa está lejos de la verdad histórica.

Desmentido de episodios claves

Uno de los elementos más criticados por Meza es la escena donde Gómez Bolaños y Rubén Aguirre supuestamente ingresan a Televisa escalando una barda para presentar su propuesta. La actriz desmintió esta versión:

“Roberto Gómez Bolaños fue un escritor de radio, cine y televisión muy reconocido y valorado ANTES de crear al Chapulín Colorado y al Chavo del Ocho. Nunca tuvo necesidad de saltar ninguna barda como un delincuente para convencer a ningún ejecutivo”

.

Anuncio

Legado versus ficción

Según Meza, Roberto Gómez Bolaños ya tenía un prestigio consolidado dentro de la industria televisiva antes de sus personajes más populares. Destacó que él mismo aclaró en múltiples ocasiones, incluyendo su autobiografía, que su éxito no fue casualidad:

“Lo dijo en miles de entrevistas, pero también en su libro biográfico. A él no le gustaba que la gente pensara que el éxito le llegó de repente, como un golpe de suerte o por un chispazo. Éxito no es igual a fama. Se hizo famoso con el Chavo, pero ya era exitoso”

.

Crítica al enfoque melodramático

La productora lamentó que la serie se asemeje más a un relato cinematográfico que a una biografía precisa:

“La serie puede parecer romántica, porque lo pinta como un luchador muy al estilo Hollywood… Pero no es su historia. Es un cuento, puede ser bonito, incluso divertido, pero no es su biografía. A este genio le gustaría que la gente conociera su vida, la verdadera. Que lo recordaran por su legado y no por un melodrama de ficción que falsea los hechos solo para vender”

.

Anuncio

El programa MasterChef Celebrity Generaciones se convirtió en escenario de una emotiva reunión familiar al recibir a Nicolás Armendáriz, hijo de Ofelia Medina. La participación del empresario mexicano generó curiosidad sobre los vínculos familiares entre los involucrados y el recordado actor Pedro Armendáriz.

Origen de la relación familiar

La icónica actriz mexicana Ofelia Medina y el fallecido intérprete Pedro Armendáriz Jr. mantuvieron un matrimonio que duró cinco años. De esta unión nacieron dos hijos: David y Nicolás. Aunque ambos artistas expresaron públicamente sus reticencias hacia el instituto matrimonial -habiendo estado casados previamente-, su romance fue uno de los más sonados de la farándula nacional.

Legado y distanciamiento de los reflectores

El hijo menor de la pareja, Nicolás Armendáriz Medina, decidió mantenerse alejado de los medios a diferencia de sus progenitores. Actualmente se dedica al ámbito empresarial, aunque ocasionalmente aparece en eventos públicos. Su reciente aparición en el reality culinario se enmarcó dentro de la celebración especial por el Día de la Familia en el programa.

‘Ofelia se siente emocionada por poder convivir con su hijo en un programa de cocina, pues les encanta pasar tiempo juntos y están decididos a conquistar el paladar de los chefs’

Vínculos generacionales en la pantalla

La dinámica madre-hijo en MasterChef permitió revivir la historia familiar que conecta a tres generaciones de artistas. El padre de Pedro Armendáriz Jr., conocido como Pedro Armendáriz, fue abuelo de Nicolás por línea paterna, consolidando así la estrecha relación entre estas destacadas familias del espectáculo mexicano.

Anuncio

El choque icónico y las tensiones en el set

El filme de Alejandro González Iñárritu, que cumplió 25 años desde su estreno, enfrentó complicaciones durante su producción, especialmente en las escenas de acción. El rodaje de la famosa secuencia del choque automovilístico se llevó a cabo en la colonia Condesa, con limitaciones de tiempo y recursos. “Calcula, frena y el agua lo fue llevando, se detuvo justo centímetros antes del coche del choque pero le alcanzó a romper la calavera”, relató Carlos Hidalgo, asistente de dirección, quien recordó el improvisado ajuste que permitió continuar con la toma.

Conflictos con habitantes de Tacubaya

Las filmaciones en Tacubaya enfrentaron resistencia de grupos locales que interrumpieron el set en múltiples ocasiones. “Nos decían: vayan y platiquen con la gente que los asaltó, vive ahí en la esquina. Había nervios”, contó Hidalgo, quien destacó la estrategia de negociación con “autoridades no oficiales” para asegurar el acceso al lugar. La producción logró superar estos obstáculos mediante acuerdos directos con los líderes de la zona.

El vestuario inspirado en la vida real

Gabriela Diaque, encargada del diseño de vestuario, recurrió a observaciones en mercados y tianguis de la Ciudad de México para crear personajes auténticos. En el Tianguis del Chopo encontró referencias clave para los estilos de Gael García Bernal y Vanessa Bauche. “Un día fui al mercado de Meyehualco y me pasó por un lado un chavo que traía una chamarra bien chingona”, explicó Diaque, quien adquirió la prenda para la escena final del personaje de García Bernal.

Detalles técnicos y cuidado animal

El perro protagonista, El Cofi, contó con un equipo especializado encargado de su maquillaje y seguridad. David Ruiz Gameros, su maquillista, describió el proceso: “El Cofi era un buen actor, había que generarle las marcas y las heridas y en eso era superamable y cero agresivo”. Para garantizar el bienestar animal, se produjo un “making of” dirigido a organizaciones protectoras, demostrando que las escenas se realizaron con medidas de protección.

Anuncio

El bautizo cinematográfico y el legado

Al finalizar las filmaciones, se rompió la tradición del “bautizo” del cine, donde nuevos integrantes son cubiertos de sustancias. “Entonces me inventé la típica foto del crew y la armamos en medio de dos camiones”, recordó Hidalgo, describiendo cómo se sustituyó la práctica con una celebración controlada. La película debutó en Cannes en el año 2000, donde obtuvo reconocimiento internacional, y alcanzó más de tres millones de espectadores en México.