Un diálogo en la nueva serie revela un conflicto real
La producción Chespirito: sin querer queriendo incluye una escena que hace alusión a uno de los momentos más significativos en la trayectoria de El Chavo del 8. Esta recreación televisiva hace eco de un evento verdadero que marcó la desvinculación definitiva entre dos de sus personajes principales.
El primer capítulo de esta serie, estrenado el 5 de junio en la plataforma Max, presenta una conversación aparentemente casual entre los integrantes del elenco en un aeropuerto. Uno de los diálogos, aunque breve, plantea una interrogante: ¿por qué Carlos Villagrán dejó de formar parte del programa?
El origen del conflicto en un restaurante
Según el testimonio del propio Roberto Gómez Bolaños en sus memorias, los primeros indicios de separación surgieron en 1977 durante un encuentro en un establecimiento de la cadena Vips ubicado al sur de la Ciudad de México.
El actor que interpretó a Quico solicitó una reunión privada con Chespirito para comunicar su deseo de emprender proyectos independientes. Gómez Bolaños reconoció que Villagrán, tras acumular experiencia en giras internacionales, aspiraba a desarrollarse por su cuenta.
Lo inesperado surgió cuando el intérprete solicitó continuar utilizando el personaje, incluyendo sus rasgos característicos y tono de voz. Aunque se le dio el permiso, se le advirtió que no debía limitarse únicamente a ese rol.
La disputa legal por la autoría
Los acontecimientos tomaron un rumbo complicado tras una nueva comunicación. Emilio Azcárraga, entonces titular de Televisa, informó a Gómez Bolaños sobre un proyecto propuesto por Villagrán que incluía al personaje de Quico.
El creador de El Chavo del 8 aceptó la iniciativa bajo una condición específica: que se reconociera públicamente su autoría intelectual. Sin embargo, ante la negativa del actor, se generó una confrontación que derivó en un proceso legal.
“Villagrán afirmó que él mismo era el creador del personaje por haberlo interpretado”, recordó Gómez Bolaños en sus escritos. Esta postura llevó a que se interviniera a la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM), institución que avaló la autoría original.
Una separación definitiva
La resolución del conflicto marcó un antes y un después. Aunque el personaje continuó apareciendo en otros contextos, nunca más compartió pantalla con el Chavo. Lo que inició como una conversación cotidiana terminó convirtiéndose en una disputa por los derechos de una de las figuras más emblemáticas de la televisión hispanohablante.