Fiebre de coleccionismo infantil que invade al público adulto
El auge de los juguetes coleccionables en México
La popularidad de figuras como Labubus, Ternurines y Monchhichis ha generado un floreciente mercado informal en México. Estos juguetes, originalmente diseñados para niños, ahora son adquiridos principalmente por adultos que buscan satisfacer su nostalgia y encontrar objetos de colección únicos. Aunque empresas como Liverpool y Log-On han comenzado a comercializarlos, la mayor parte del mercado se desarrolla a través de tianguis ambulantes y redes sociales.
Carolina Aguilar, coordinadora administrativa de 33 años, forma parte de esta comunidad de coleccionistas. Su colección de más de 22 Labubus tiene un valor aproximado de 16,000 pesos. “La búsqueda para comprarlos en México fue todo un desafío, porque el proveedor se encuentra en China y su único punto de venta en la Ciudad de México era el tianguis de juguetes de Balderas“, comentó.
El impacto global de Pop Mart
Detrás de los Labubus está la empresa china Pop Mart, responsable de crear una industria multimillonaria alrededor de estos juguetes. Fundada en 2010 por Wang Ning en Beijing, esta compañía ha experimentado un crecimiento exponencial, reportando ingresos por 1,800 millones de dólares en 2024, lo que representa un aumento del 106.9% respecto a 2023. Los Labubus, catalogados como The Monsters, mostraron un impresionante crecimiento del 726.6% en ingresos.
“La operación de propiedad intelectual y el diseño creativo son los principales impulsores para promover el crecimiento sostenible de Pop Mart. Exploramos artistas y diseñadores pop de gran potencial en todo el mundo y creamos cultura pop“, se lee en el reporte anual de la compañía.
Un fenómeno alimentado por redes sociales y celebridades
La popularidad de estos juguetes se ha visto impulsada por celebridades y redes sociales. En 2024, Lisa de Blackpink publicó una historia en Instagram con uno de estos peluches, lo que desató su auge a nivel mundial. En México, los influencers y el boca a boca en plataformas como TikTok han sido fundamentales para su expansión.
El tianguis de Balderas, que opera los fines de semana, se ha convertido en un punto de reunión para coleccionistas. “Prefiero comprar acá porque ya tengo mi vendedor de confianza, que me consigue las piezas específicas que busco y tengo la seguridad de que son originales“, asegura Sarahí Vela, quien suele mostrar con orgullo su colección en público.
La nostalgia como motor económico
El éxito de estos juguetes se debe, en gran medida, a su capacidad para evocar recuerdos y emociones del pasado. Carmen Molina, gerente de marketing de De La Riva Group, explica que “estamos viviendo esta necesidad de contención ante un futuro súper incierto y estas tendencias son una búsqueda de refugio ante muchas situaciones que hay allá fuera. Por ejemplo, con los millennials, que se dan cuenta que la historia que te habían contado de lo que sería su futuro no resultó y lo compensa adquiriendo estos productos que no solo dan confort, sino que los acompañan en su día a día”.
La consultora Grand View Research estima que el mercado de coleccionables en México alcance los 6,352.8 millones de dólares para 2030, mientras que DataIntelo proyecta que el mercado global de juguetes coleccionables alcance los 20,300 millones de dólares para 2032.
“Este sólido crecimiento se debe principalmente al creciente entusiasmo de los coleccionistas de todas las edades, la influencia de la cultura popular y la creciente tendencia de los productos inspirados en la nostalgia“, dice el análisis de DataIntelo.