Una vida inesperada en la pantalla grande
En su residencia de Cuernavaca, Morelos, donde reside desde hace más de cuatro décadas, Elsa Aguirre recibe a La Jornada con una sonrisa que ilumina su presencia elegante. La actriz, próxima a cumplir 95 años, reflexiona sobre su trayectoria inesperada en el cine mexicano de la época dorada. “Ni en mi imaginación pensé en ser artista de cine, ni famosa o tener dinero, jamás. Mi palabra interna era volar. No actuaba, vivía todo aquello”, afirma con la seguridad que le da su vasta experiencia.
De la enfermedad a la fama
La belleza que cautivó a generaciones de espectadores emergió de circunstancias adversas. “Tuve fiebre de Malta a los 13 años y quedé como esqueleto; era una enfermedad de la que nadie se salvaba en esa época, pero tal vez por mi naturaleza resistí”, recuerda con serenidad. El destino cambió radicalmente cuando su madre y una tía decidieron inscribirla en un concurso que le daría los primeros 300 pesos que su familia veía en mucho tiempo.
Primeros pasos y encuentros inolvidables
Su debut en el cine fue en El sexo fuerte, pero fue Julio Bracho quien le ofreció el protagónico en Don Simón de Lira en 1946. “El cineasta fue a buscarla en su lujoso carro blanco a la casa donde vivía la familia en Mixcoac. Su mamá aceptó el contrato, firmó y, a partir de entonces, llegaron todos los estelares”, revela cómo comenzó su ascenso meteórico en la industria.
Amores y anécdotas de la pantalla
Entre sus historias más entrañables, Elsa recuerda su noviazgo fugaz con Jorge Negrete: “Se enamoró, se quería casar conmigo casi enseguida. Hubo serenatas, besos, llenaba el carro con flores y mi mamá me dejaba salir con él porque la había conquistado y estaba feliz de la vida”. Sin embargo, su falta de interés por la lectura terminó con esa relación que podría haber cambiado su vida: “Le dije a mi mamá que ya no lo quería ver… pero al rato se casó con María Félix”.
Una filosofía de vida única
Además de su carrera artística, Aguirre destaca por su enfoque espiritual: “Estoy convencida de que si la humanidad no se intoxicara, otro mundo sería. Lo más importante es no pedir para uno, sino para los demás, así como vivir aquí y ahora”. A pesar de sus problemas pulmonares que la obligan a usar oxígeno en ocasiones, transmite paz y serenidad, aunque reconoce que la reciente pérdida de su hermana Alma Rosa la ha afectado profundamente.
Más de 75 años en los escenarios
Con una carrera que abarca alrededor de 50 películas, Elsa Aguirre ha trabajado con figuras legendarias del cine mexicano como Pedro Infante, Dolores del Río, Silvia Pinal, y Mario Moreno Cantinflas. Su versatilidad la ha llevado a explorar diversos géneros cinematográficos, además de destacar en teatro, radio y televisión. La próxima publicación de su libro De mis labios a tus ojos promete revelar más secretos de su vida fascinante.