Un testimonio impactante presentado ante el tribunal federal de Manhattan ha sacudido al mundo del entretenimiento. Una ex colaboradora de Puff Daddy, cuyo nombre se ha mantenido en reserva bajo el seudónimo de Mia, describió ante un juez las celebraciones privadas del rapero como “una pesadilla” caracterizada por escenas de descontrol.
Detalles escalofriantes de los “Freak-Off”
“Vi un montón de cera de vela por todas partes. Había un montón de toallas, cristales rotos, agua. A veces sangre”, aseguró la testigo durante su declaración del 29 de mayo. La ex empleada detalló cómo encontró aceite esparcido en muebles y paredes tras estos encuentros privados, describiendo condiciones que calificó de “asquerosas”.
Al precisar sobre los rastros de sangre, Mia aclaró que se trataba de fluidos menstruales, describiendo escenas que parecían “una pesadilla” después de los eventos conocidos como “Freak-Off”. Reveló que Combs le ordenaba limpiar personalmente los espacios, “Para que una sirvienta no pudiera tomar [fotos] y correr a TMZ”, explicó.
Explotación laboral y abusos sexuales
La testigo relató haber trabajado bajo condiciones “horribles” durante ocho años (2009-2017), incluyendo jornadas maratonianas sin descanso. “Perdí el equilibrio, visión borrosa, luces que no estaban allí y, de la nada, rompí a llorar”, contó sobre un “colapso físico” provocado por el estrés extremo y el consumo de Adderall para mantenerse despierta.
Entre las acusaciones más graves, Mia aseguró que fue agredida sexualmente en al menos dos ocasiones. La primera durante una fiesta en el Hotel Plaza de Nueva York donde se encontraban figuras como Bono y Kim Kardashian. “No sabía realmente lo que estaba pasando. Estaba conmocionada y helada”, describió el momento en que Puff Daddy la besó tras ofrecerle tragos.
Temor que impidió la denuncia inmediata
“Era el jefe o el rey, una persona muy poderosa”, afirmó al explicar por qué permaneció en silencio durante años. La ex asistente expresó temores sobre posibles represalias profesionales y que “tergiversara la historia para que ella pareciera una amenaza”.
El caso ha tomado mayor relevancia al sumarse otras declaraciones de colaboradores como George Kaplan, quien aseguró haber preparado habitaciones para los “Freak-Off”, y Capricorn Clark, que denunció haber sido amenazada y “secuestrada”. Sean Combs enfrenta cargos por tráfico de personas, asociación ilícita y prostitución, mientras mantiene su declaración de inocencia.