Alrededor de 1960, después de haber terminado su relación con Octavio Paz, la reconocida escritora mexicana Elena Garro (Puebla de Zaragoza, 1916-Cuernavaca, 1998) ofreció refugio en su residencia parisina a su expareja, en un momento de conflicto sentimental para él. En ese tiempo, el premio Nobel mexicano atravesaba una disputa con su nueva novia, Bona Tibertelli, y otro hombre involucrado en la vida de la artista italiana. La hija de Garro no deseaba aceptar la situación…
Un acto de generosidad en tiempos difíciles
El apartamento en París, donde Elena convivía con su hija Helenita, se convirtió en un refugio provisional para su exesposo en un momento complicado. La decisión generó tensión familiar, especialmente por el desacuerdo de Helenita con la presencia de Paz en su entorno doméstico. El conflicto entre los adultos involucrados había surgido de una confrontación entre Octavio Paz y dos figuras clave en su nueva vida amorosa: Bona Tibertelli y un rival en el ámbito sentimental.
Contexto personal y literario
Este episodio refleja una etapa compleja en la vida de Garro, marcada por desafíos personales y creativos. Durante este periodo, desarrolló obras que mezclaban elementos de lo cotidiano con manifestaciones de lo sobrenatural, característica distintiva de su estilo literario. La convivencia forzada con su pasado y las tensiones derivadas de esta situación se convirtieron en material para su escritura, particularmente en su novela Inés, donde el realismo mágico emerge como herramienta para explorar emociones profundas y conflictos humanos.