Confesión pública en el podcast de Sergio Mayer
Laura Bozzo hizo una revelación impactante sobre la veracidad de los casos presentados en sus programas durante una entrevista en el podcast de Sergio Mayer. “Yo no sabía, te lo juro. Yo creí en mi equipo hasta que me di cuenta de que no”, afirmó la conductora, reconociendo que con el tiempo se perdieron los estándares de autenticidad.
Origen real y deriva hacia la ficción
La periodista peruana explicó que inicialmente los contenidos de Laura en América se basaban en hechos concretos: “Íbamos a las comisarías y sacábamos de ahí los casos”. Sin embargo, al trasladar su formato a México, admitió que se perdió el control sobre la autenticidad de los casos, lo que derivó en una mezcla entre realidad y montaje.
Falta de supervisión en México
Bozzo atribuyó esta situación a la ausencia de una figura clave como la jefa de investigadores que contaba en Perú. En México, según relató, los investigadores manejaban “parte de casos reales y parte de casos no reales”, sin una supervisión estricta. Esta desorganización permitió que se colaran testimonios falsos, como el caso en que “Me estás mintiendo” al confrontar directamente a un invitado.
Defensa de su labor inicial
A pesar de reconocer la deriva de su contenido, Laura Bozzo insistió en que su intención siempre fue ayudar a personas vulnerables: “Mi interés era real, porque para qué daba ayuda si no era real”. Subrayó que muchos de los casos, especialmente en sus primeros años, sí tuvieron fundamento real.
Polémicas que marcan su trayectoria
La conductora, conocida por frases como “¡Que pase el desgraciado!”, ha tenido una carrera llena de controversias. Además de las dudas sobre su contenido, ha enfrentado investigaciones por presuntos vínculos políticos en Perú y acusaciones de evasión fiscal en México. También se le criticó el uso de un helicóptero gubernamental durante una emergencia en el Estado de México.
Vigencia en la televisión
Actualmente, aunque no maneja el mismo formato sensacionalista que la hizo famosa, Bozzo continúa activa en la televisión mexicana como conductora de Venga la Alegría. Su figura sigue generando opiniones divididas entre quienes la ven como una defensora de la violencia doméstica y quienes la critican por su estilo amarillista.