Encuentro entre dos figuras exiliadas
Joan Manuel Serrat y Sergio Ramírez compartieron escena en Guatemala durante la inauguración del festival Centroamérica Cuenta. Serrat recordó su retorno de México en los años 70, cuando temía ser detenido por la policía, aunque finalmente recibió un cálido recibimiento. “Estoy en contra de cualquier censura y a favor de las libertades”, sentenció el cantautor catalán. La conversación con el escritor nicaragüense, exiliado por el régimen de Ortega, marcó el tono del evento.
Arte como resistencia en tiempos de opresión
Durante el diálogo en el teatro Lux, ambos intercambiaron reflexiones sobre la creación artística bajo regímenes autoritarios. Ramírez destacó la trayectoria de Serrat, quien desarrolló su arte durante la dictadura franquista. “Si lo sufrió con Franco, cómo no lo va a entender con Ortega”, señaló el escritor. La charla se centró en la importancia de las letras como herramienta de resistencia en una región marcada por la historia de dictaduras y autoritarismos.
Legado literario y compromiso social
El evento contó con la presencia del presidente Bernardo Arévalo, quien fungió como testigo en la entrega del legado de Miguel Ángel Asturias al Instituto Cervantes. Arévalo repitió que es “presidente constitucional” de Guatemala en medio de un contexto político complejo. El festival también abordó temas como la migración, con críticas de Serrat hacia las políticas restrictivas: “El pensamiento neoliberal se va a desmoronar por su propio peso”, advirtió.
Utopías para una región convulsa
Ramírez enfatizó la importancia del diálogo en festivales culturales: “Los escritores y artistas conversan frente al público que quiere saber lo que pensamos… cómo queremos que ese mundo sea en el futuro”. Serrat cerró su participación con un poema de Ernesto Cardenal y un emotivo “viva Nicaragua” que conmovió al auditorio. El cantautor también interpretó una canción sobre “aquellas pequeñas cosas que te sonríen tristes y nos hacen llorar cuando nadie nos ve”.
