La comunicadora Laura Luz Palmer reveló en entrevista con TVNotas los motivos que la impulsaron a adquirir una muñeca bebé realista, un proyecto que definió como “una segunda oportunidad maternal”. La polémica decisión ha generado diversas opiniones sobre su salud mental.
La búsqueda de un sueño incompleto
La conductora, conocida por su apariencia estética y apodo de ‘Barbie humana’, confesó que durante años anheló ser madre nuevamente. Sin embargo, su actual pareja, Steven, no compartía su deseo de ampliar la familia. “¡Soy mamá de nuevo! Siempre quise tener un segundo hijo y no se dio, porque mi actual marido nunca quiso tener hijos“, expresó.
Con su hijo mayor, Rodrigo, ya adulto (de 24 años), Palmer inició una búsqueda personal que la llevó al mundo de las muñecas realistas. La compra de su “bebé” le costó 300 dólares (aproximadamente 6 mil pesos mexicanos) y recibió el producto casi conmemorando el Día de las Madres. La muñeca fue diseñada con rasgos faciales que combinan los de sus padres “reales”.
El proceso de adopción virtual
La conductora explicó que el proceso incluyó el envío de fotografías familiares para personalizar la apariencia del muñeco: “Para el diseño tuve que mandar fotos de mi esposo y mías, para que tomaran los rasgos y se pareciera a ambos“. Destacó que las personas pueden personalizar estas muñecas según preferencias étnicas o físicas.
El nombre de ‘Cleopatra’ fue elegido por su interés en el antiguo Egipto: “Primero le puse ‘Sofía’, pero tengo la creencia de que soy descendiente de los egipcios y decidí llamarla ‘Cleopatra’“. Palmer reconoció que el muñeco cuenta con sensores que simulan necesidades infantiles básicas, aunque admite tener dificultades para mantener una rutina estricta con “su hija”.
El síndrome del nido vacío y su impacto
La conductora reconoció que otra motivación para esta decisión fue su miedo al vacío emocional. Con tres hijastros de su primer matrimonio y su hijo biológico considerando independizarse, Palmer teme el “síndrome del nido vacío”: “Cuando no está siento la casa vacía y no quiero sentir empty nest“.
Consultada por su terapeuta, Palmer recibió apoyo condicionado: “Me dijo que si me ayuda y me hace feliz, está bien, pero que no me enganche ni me preocupe si se me pasa cambiarle el pañal, porque es algo irreal“. Aclaró que “Jamás podría suplir a mi hijo con la bebé“.
El análisis profesional de la situación
“El nido vacío es la etapa que atraviesan los padres ante la pérdida de los hijos, porque forman su propia familia, se mudan a otro país o llegan a morir. Los padres sienten: Enojo, tristeza, depresión y, en casos graves, cuadros”.
“Esto le llega a afectar más a los padres que forman una dependencia hacia sus hijos, ya que sienten que no son necesarios y su vida no vale nada. Hoy en día, estas personas han encontrado diferentes formas de lidiar con este tipo de vacíos: Adicciones a sustancias, al trabajo, adoptar mascotas o recurrir al reborn (muñecos bebés hiperreales), con la finalidad temporal de enfrentar el duelo y la pérdida del sentido de su vida”.
“La ventaja es que este muñeco les ayuda a transitar y a sobrellevar el duelo. La desventaja es que mentalmente puede llevarles a un estado psicótico y no distinguir que es un muñeco y que lo traten como ser vivo. Se debe acompañar de un proceso con un psicoterapeuta o un tanatólogo”.